España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . desee interrogar sobre su criminalidad ó inocencia á lasmudas piedras de la capilla, que guardan aún la armonía de suscantos religiosos, ó contemplaron con horror los nocturnos yabominables misterios de que se les acusaba. Al anuncio de latormenta venida de Francia, erizáronse de armas aquellos to-rreones principal apoyo de su poder, defendidos por frey Bar-tolomé de Belvis; pero cercado el castillo por las tropas reales,y combatido con máquinas de guerra, amainóse para siempreen 17 de Mayo de 1306 la cruz encarnada, desalentados con l


España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . desee interrogar sobre su criminalidad ó inocencia á lasmudas piedras de la capilla, que guardan aún la armonía de suscantos religiosos, ó contemplaron con horror los nocturnos yabominables misterios de que se les acusaba. Al anuncio de latormenta venida de Francia, erizáronse de armas aquellos to-rreones principal apoyo de su poder, defendidos por frey Bar-tolomé de Belvis; pero cercado el castillo por las tropas reales,y combatido con máquinas de guerra, amainóse para siempreen 17 de Mayo de 1306 la cruz encarnada, desalentados con larendición de Monzón los de Mirabete, Castellote y Cantavieja. Al descender del castillo, se descubre en frente otro aisladocerro aunque menos elevado, que es sin duda el que se designaen las crónicas con el nombre de la Muela como fuerte avanzadodel primero, y en el cual aparecen aún vestigios de construccio-nes cuya época hacen remontar algunos hasta la dominación deRoma. No serían estas en todo caso las únicas antigüedades que HUESCA. CASTILLO DE MONZÓ de la Casa de los 1^2 ARAGÓN revelaran en Monzón la huella de los romanos: la tierra lanza áveces de su seno monedas de aquellos tiempos, y en la huertase descubren restos de un sólido y antiguo muro de sillares, cuyoorig-en y cuyo destino yacen al par olvidados, y que según suforma \ su dirección pudieran ser mu}- bien los de un todas maneras sobre Monzón han pasado muchos siglos:fundáronla los ilergetes, disputáronsela como el resto del paíscartagineses y romanos, defendiéronla los moros contra lasirrupciones de los cristianos de la vecina Ribagorza, é Isarnoconde de aquellas montañas á últimos del siglo x vino á espiraren sus fértiles llanuras. Un siglo transcurrió apenas antes de quevengara su derrota Sancho I de Aragón acompañado de Pedrosu primogénito y sucesor, cuyo brío juvenil se distinguiría sinduda en aquel obstinado y peligroso cerco, pues que e


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